Hacia 1500-1516, óleo sobre
tabla, 220 x 389 cm
El origen de este tríptico se
vincula a la Casa de Nassau. Por el momento, no se sabe si lo mandó hacer
Engelberto II de Nassau, fallecido en 1504, o su sobrino y heredero Enrique III
de Nassau.
Permaneció en El Escorial hasta
la Guerra Civil y en 1939 ingresó en el Museo del Prado como depósito de
Patrimonio Nacional. Pese a que no está firmado ni documentado, nadie duda de
que El jardín de las delicias es un original de El Bosco.
El tríptico abierto contrasta,
por la brillantez de su color, con la grisalla del reverso, con sus tres
paneles distribuidos en tres planos superpuestos, gracias a la elevación de la
línea del horizonte.
En el izquierdo, dedicado al Paraíso terrenal, aparece en primer plano
Dios en medio de Adán y Eva. Se trata, por tanto, de la presentación de
Eva a Adán, muy poco frecuente en las representaciones del Paraíso.
En el plano medio, El Bosco
incluye en el centro la fuente de los cuatro ríos del Paraíso, a la izquierda
el drago y a la derecha el árbol de la ciencia del bien y del mal, con la
serpiente enrollada en el tronco.
En el panel derecho, El Bosco representa el Infierno, el más impresionante de
los conocidos del pintor, al que se suele llamar «Infierno musical» por la
importante presencia de instrumentos musicales, utilizados para torturar a los
pecadores que dedican su tiempo a la música profana.
No hay duda de que en esta tabla
El Bosco representa al mundo entregado al pecado y muestra a hombres y mujeres
desnudos, manteniendo relaciones con una fuerte carga erótica o sexual alusiva
al tema dominante en esta obra, el pecado de la lujuria, aunque no sea el
único.
VÍDEO EXPLICATIVO DEL CUADRO